domingo, 28 de septiembre de 2008

Intervención a la distancia de Mario Carlón

Estimados: comunico también que no estaré este fin de semana. No obstante mi ausencia quisiera introducir un breve comentario sobre el tema, porque me parece muy importante. Voy a referirme a la nociones en cuestión en particular atendiendo a los procesos de mediatización (es decir, a dos desarrollos singulares de cada una de ellas) Me parece que comienza a estructurarse un campo en el que unos optarán (o ya hemos optado) por una de ellas, otros lo harán por otra y, no lo descarto, habrá quienes optemos u opten por un uso de ambas. La cuestión será, me parece (al menos es lo que a mí me interesa), de qué modo son convocadas: para dar cuenta de qué objetos (de los mismos o diferentes cada vez) y con qué fecundidad. Soy consciente que una noción parece algo más vieja (la de dispositivo) y otra más nueva (la de interfaz). Este hecho quizás explique, en parte, cierta fascinación que la noción de interfaz hoy genera. Pero no creo que esta sea explicación suficiente para dar cuenta del interés que actualmente despierta. La noción de interfaz parece un traje hecho a medida para los medios "interactivos": 2.0, medios on line etcétera. Creo que eso justifica, por ejemplo, su uso en el proyecto que acaba de subir al blog natalia: ¿hubiera organizado su investigación en torno a la noción de interfaz si su objeto hubiera sido la prensa decimonónica o la histórica del siglo XX en vez de los diarios on line? Imagino que no (aunque no pretendo responder por ella). En la medida en que se articula con estas nuevas posibilidades me parece que la noción también está a la orden del día en relaicón con el tema del fin de los medios masivos: de hecho, el fin del broadcasting, en casi todos los diagnósticos, ocupa un lugar central en los anuncios sobre el fin de los medios masivos. Y está bien que así sea. Ahora, una cuestión que sin embargo creo que seguirá pendiente, es el estudio de los lenguajes y dispositivos clásicos: fotografía, cine y tv. Que aunque se mueran quizás como medio masivos, sabemos que no mueren como dispositivos productores de sentido por la aparición de internet: de hecho, las páginas on line de periódicos, por ejemplo, están llenas de fotografías, editados de noticieros herederos de las "actualidades cinematográficas", escritura (que no toda es hipertextual) metatevé (notas de TVR, por ejemplo). Y la pregunta aquí es qué nos brindan para estudiar esos discursos cada una de estas nociones. Creo que en esos espacios de producción de sentido esos lenguajes y dispositivos históricos se ven expandidos. Y, también que nociones como la de lenguaje (Metz) y de dispositivo (no haré referencia aquí a la tradición local, me conformo con decir que en mi opinión en el estudio de los dispositivos visuales Schaeffer hizo un aporte revolucionario sobre la fotografía) han dado un salto sobre nociones históricas, como la de soporte. No sé quiénes a esta altura comparten esta apreciación o no, pero este último hecho me parece clave. Al menos lo es para mi trabajo. En cuanto, finalmente, a la cuestión de la interactividad, antes de que apareciera con tanta fuerza en estos últimos años en nuestro campo (no ignoro que en los estudios de nuevas tecnologías tenía ya un desarrollo), me incliné, como casi todos saben, por la noción de hiperdispositivo (llamadas de los espectadores al canal en el caso del juicio a María Soledad Morales, por ejemplo). Creo que tiene la ventaja de que se apoya en el alto conocimiento de los lenguajes que ha logrado la noción de dispositivo. Pero temo también que va a perder fuerza en relaicón con la noción de interfaz, así que es probable que empiece a utilizar ambas (después de todo, seguir conversando siempre es importante ¿no?) Bueno, este correo se ha vuelto demasiado largo. Buen fin de semana de debate y acuerdos, que son tan o más importantes que los debates.
Mario Carlón

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